13 de septiembre de 2010

PASÓ LA PRUEBA

El Verde sabía que tenía que ganar o ganar, como sea. Y si se podía mererecerlo, mejor. Enfrentó a uno de los equipos más flojos del torneo pero marcó la distancia que hay entre los dos a pesar de lo que uno puede suponer si no vio el partido y se queda con el 1-0 final.
Ituzaingó recuperó alguno de sus soldados y otros van en ese camino. Viendo nombre por nombre, no se entendía como el Verde podía jugar tan mal como lo hizo ante el Lobo.
Y ante Ballester esa levantada que marcamos se empezó a notar. Es que el Verde debió haber ganado mínimo por diferencia de tres goles. Las malas definiciones, los palos y a veces la (mala)suerte, se lo impidieron. Pero finalmente aprobó el exámen. En la línea defensiva lo del Verde fue más que positivo, siempre teniendo en cuenta el rival. Páez en función defensiva sobresalió por sobre el resto mientras que Ariel Gómez fue salida permanente del León. Luzzi apareció cortando pelotas definitorias cuando Ballester intentó preocupar o ante un error puntual. Quizás la defensa en sí mostró algunos desacoples a la hora de volver y casi lo paga caro, y fue así que Couceiro se ganó la amarilla por bajar de un patadón a un rival. Pero no dejó de ser una jugada aislada.
Sebastián Benítez empezó a demostrar que cuando está bien es distinto, tiene la capacidad para hacerse los espacios que a veces no hay y encarar derechito hacia el arco. Aunque de manera discontinua, el partido del Seba fue el mejor desde que llegó al club. Quizas el Verde necesita más de Marcos Zampini, más participación en ataque aunque en la tarde de Villegas tuvo dos chances netas. Sin embrago, sabemos que Marcos puede rendir muchísimo más y ser otra opción en la generación de fútbol.
Y adelante, Gustavo Silva tuvo mucha más participación, desbordó o lo intentó casi toda la primera etapa y bajó su nivel en la segunda. Buono, el luchador de siempre, ganó más de lo que perdió, hizo un gol, le anularon otro y metió un remate en el palo que definía la historia. Más que eso no se le puede pedir, aunque además de esto le suma sacrificio y mucho a la hora del roce con la defensa rival. Ituzaingó intentó jugar en una cancha que se encuentra casi en perfectas condiciones, sembrada. Casi que no había excusas. Y el Verde por suerte pudo cambiar la cara.
Bien además el Mono García que lo exigieron una sola vez seriamente y sacó una pelota de gol. Esos sosn los arqueros que se necesitan en estos partidos en que el 1 del equipo que domina parece ser un espectador de lujo pero que debe estar concentrado como para responder en la única que le toque participar. Y el Mono respondió. Sirvió para ganar, para achicar distancias, y por sobre todo para trabajar con más tranquilidad esperando que el resto del equipo se contagie y de a poco todos vayan retomando el nivel por el cual juegan o fueron contratados para venir al León.
Ahora, recibimos a Cañuelas, será cuestión de ratificarlo de local, cancha en donde el Verde ya lleva dos sin ganar.

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