21 de diciembre de 2010

NEGOCIO CHINO

El Verde terminó el año manteniendo la interminable racha de partidos sin ganar de local. En la primera etapa generó las chances para ponerse en ventaja pero falló en la definición. En el complemento el partido estuvo más parejo y terminó empatando a poco del final.
¿Y para que está este equipo? Todas las fechas surge esa pregunta, y las respuestas van variando. Ante el Salaíto el León tuvo varias chances para ponerse arriba en el marcador pero sigue sin poder hacerle un gol ni al arco iris. Buono cabeceó desviado, Sebastián Benítez perdió dos chances claras y Ariel Fernández metió un tiro de 30 metros que parecía el 1-0 pero el arquero la sacó por sobre el travesaño.
En la segunda parte, esa superioridad decayó y un error de Carbone hizo que el visitante se pusiera en ventaja con un cabezazo en las afueras del área que Carbone no llegó a cortar y la pelota entró mansita.
De ahí en mas fue todo desesperación, y el Rosarino mereció liquidarlo y como dice el viejo refrán, goles que errás, cagaste fuego.
Carbone se rehizo y tapó varias de gol (junto al 1 de Rosario fueron las figuras) y el Verde iba por el empate con sólo la fuerza de voluntad. De todos modos el León tuvo muchas menos llegadas que en la primera etapa.
Sin dudas que Palavecino demostró ser un jugador distinto, que la pide y encara pero que también es capaz de meter una pelota entre líneas.
El Verde se fue frustrado y eso que llegó al empate a 8' del final tras un centro que definió Couceiro entrando por el segundo palo fusilando al arquero. De todos modos, el empate no le sirve al Verde y lo mejor que le pudo haber pasado fue que se terminara el campeonato para barajar y dar de nuevo. Veremos si Benítez es capaz del milagro que los hinchas se resisten a resignar. Pero el sábado, volvió a quedar en deuda.

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