23 de abril de 2008

LOCOS POR EL VERDE

El Loco Figueroa, con el 6 en el pantaloncito y la cinta de capitán. Más que un ídolo, un símbolo del CAI. Hoy por hoy lo sigue desde la platea, pero con la misma pasión.
Reproducimos la prometida nota publicada por la revista "Simplemente Ituzaingó", sobre todo para aquellos que nos visitan desde el exterior (España, Estados Unidos y en menor medida America Latina) que muy dificilmente tuvieron acceso a esta publicación imperdible.
Una vez jugando un "fulbazo" en la sede nos tocó un compañero de equipo al que le decían el Loco. "Pasala loco", "acá loco", se escuchaba. Con un dominio de pelota exquisito y una voz de mando de caudillo no era otro que Ángel Figueroa. Estabamos jugando al lado de un pedazo de historia del Verde sin darnos cuenta.
Sin más introducciones, reproducimos textual:
Cuando uno sentado en la platea observa al equipo sin actitud, sin ese transpirar la camiseta que nos gusta, nos vienen a la memoria los recuerdos de muchos jugadores que dejaron para siempre su imagen en la retina del hincha. Alguien que vistió la Verde en repetidas oportunidades, que la sudó hasta desteñirla, que nos hizo pedir que lo pongan en el equipo e insultarlo cuando lo expulsaban y obligarnos a preparar el festejo ante un tiro libre porque casi seguro era gol; esa persona es Ángel “El Loco” Figueroa.
Nació un 26 de julio de 1956 y se crió en Ituzaingó, pero se inició futbolísticamente hablando en Dock Sud, para luego pasar a jugar en Ferro que era dirigido nada menos que por Don Victorio Spinetto, quedando fichado para la reserva bajo la dirección de Edgardo Marchetti. Luego quedó libre, no por motivos deportivos sino laborales, ya que no podía entrenar todos los días por cumplir con su tarea en el banco que era su fuente de ingresos. Debido a esto fue tentado a jugar en Ituzaingó allá por el año 1975. Osvaldo Ferrero esa el presidente de la institución, Carlos Sacaan el de fútbol.
El hecho de haber jugado en un equipo de primera división le enseño a seguir entrenándose, lo que le permitía estar en un perfecto estado físico.
También siempre le gustó jugar en la “villa” donde los partidos tenían una connotación especial, no eran para cualquiera, jugaba de 6, con zapatillas Flecha, sin medias, donde aprendió las mañas necesarias para subsistir en este tipo de encuentros, que Ángel recuerda en forma muy especial.
Al llegar a Ituzaingó jugaba de 9 o 10, recuerda que en esa época la categoría D era libre, no existía límite de edad, se usaba cualquier tipo de calzado y jugar se hacía muy difícil. Nos cuenta que si paraba la pelota con el pecho le pegaban en la canilla y que si lo hacía con el empeine lo golpeaban en la nuca, de esa forma aprendió a cubrirse y a que todo aquel que le pegaba debía llevarse algún “recuerdo”, por ese motivo dice que lo expulsaron más jugando de delantero o volante que de defensor.
Cuando llegó a Ituzaingó el DT era Julio Nuín, dice que como él no tuvo otro. Que como persona era un ser espectacular, y como entrenador un elegido, ya que el fútbol no es para cualquiera, no contaba con el estudio que tiene Bilardo o Bianchi, pero era un técnico especial. Una persona que no andaba con vueltas, sus comentarios siempre fueron crudos, sin anestesia, pero por sobre todo honestos. Cuando por razones futbolísticas no pensaba tener en cuenta a un jugador, no le decía que se busque club porque el presupuesto no alcanzaba, directamente le decía “pico, plata, fábrica”, así se expresaba, como le salían las palabras.
Juega en el Verde convirtiéndose en ídolo y en el jugador que todos querían hasta la llegada de Raúl De León, quien a pesar de la oposición de la CD no lo tiene en cuenta por problemas personales. Nos cuenta Ángel que De León dirigía la selección de la D y había convocado a Figueroa pero éste se negó a ser suplente, ahí nacieron los problemas entre ambos. A raíz de esto emigra a Excursionistas, donde juega, hasta que un día estaba entrenando en Palermo y pasó Marchetti y se lo lleva para Deportivo Armenio.
Llega el retorno a Ituzaingó, para luego ir a jugar un torneo regional en Chivilcoy junto a Torres, Valdivia y Sepaquecia. En esa época jugar este tipo de campeonatos era rentable porque les pagaban y muy bien. Esto lo hace por un año, para volver al Verde y regresar al año siguiente por otros doce meses.
Con todo orgullo Figueroa nos cuenta que durante doce años fue capitán del equipo, cosa no común y que debe orillar un récord, pero en especial recuerda que fue capitán del que tal vez haya sido uno de los mejores equipos del Verde, el del primer año en la C, hablamos de hace 20 años atrás. Por ese motivo descuidamos un poco las porciones de pizza para prestar atención a algunas de las fotos que adornan las paredes de “Don Balón”, nos señala justamente la del equipo mencionado donde podemos ver al “Loco” con la cinta de capitán, junto a jugadores como : Julio Nuín, Cataldo, Franchosi, Valdivia, Mena, Benítez, Bertolini, Quinteros, “Perico” Pérez y Leguizamón.
Otra de las anécdotas y tal vez la más recordada es una en que el arquero de Ituzaingó era Ielapi, un jugador de casi un metro noventa de estatura y de gran tamaño físico, sale a trabar una pelota con un delantero rival quien va con una plancha, el arquero que no había sido golpeado se revuelca por el piso, Ángel jugaba de 10 y se encontraba por la punta izquierda del ataque observa la maniobra y por supuesto sale corriendo a defender a su amigo, lo encara al supuesto agresor y le pregunta “¿Que te pasa?” y este sin mediar palabra los escupe y se agacha a arreglarse las medias, sabemos que ésta es una de las peores agresiones a un futbolista.
Figueroa que se encontraba a menos de un metro del juez de línea le aplica un golpe al rival, se saca la camiseta y sin esperar la tarjeta se retira de la cancha, le dieron 10 fechas. Cuando regresa lo hace en el banco de suplentes, el técnico era José Carrizo, y la hinchada pedía que lo ponga al “Loco” y así lo hizo, en la primer pelota que le toca jugar el rival le comete una falta, ángel insulta al árbitro que por supuesto lo expulsa, no habían pasado ni cinco minutos que regresaba de una suspensión de diez fechas, y la hinchada que lo había pedido insultaba al técnico por haberlo puesto.
Figueroa nunca dejó de estar cerca del fútbol y menos de Ituzaingó, luego de su paso como futbolista llegó su etapa de técnico. En su primera actuación se hizo cargo de las divisiones inferiores del club, la cuarta, quinta, sexta y séptima fueron manejadas por sus manos con la colaboración de “Julito” Nuín, éste de las dos más chicas y Ángel en las mayores. Los resultados no fueron malos ya que las categorías menores fueron tercera y cuarta y la mayor campeona invicta. Este plantel estaba integrado por muchos jugadores que llegaron a primera división como Mario Di Cecco, Feddy Nell Ceriani, Carlos Gallo, Aldo Bazán, Palma Parodi, Adrián Tobares y el jugador que más lejos llegó de Ituzaingó: Facundo Sava.
También tuvo un breve paso por la primera división, bajo la presidencia de Gregorio Nuñez, el técnico era Víctor Benítez y había perdido cuatro partidos seguidos, entonces lo convocan al “Loco” Figueroa, que se hace cargo del equipo y lo pone en la final gracias a la excelente campaña que había hecho Ricardo Zielinsky en el torneo apertura del que resultó ganador. De este equipo tuvo que excluir a varios jugadores y colocar en primera a juveniles que con el tiempo demostraron que no se equivocó como Alfredo Ávalos Rivero y el “Bocha” López. Y le llegó la hora de las finales por el primer ascenso a la B, recuerda Ángel que fue muy criticado porque paró el equipo con tres en el fondo, pero el sabía que de visitante era muy difícil porque la cancha era muy grande y los jugadores nuestros no estaban acostumbrados. Por ese motivo plantó un equipo con tres defensores con la intención de ganar e local para enfrentar la revancha jugando tranquilos. Lamentablemente no fue así ya que perdimos 1-3 y 0-2.
Se nos terminó el casette y quedan muchas cosas para charlar con el “Loco” Figueroa, pronto nos reuniremos a continuar con la entrevista.
Fuente :Revista Simplemente Ituzaingó.

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