Desilusión,
sospecha de que otra vez será la misma historia, bronca acumulada a punto de
estallar, nulo juego colectivo y desahogo final incluido. En estas palabras se
podría resumir lo que fue la actuación del Verde ante Atlas.
En un
partido de los denominados “de mierda”, por su escaso vuelo futbolístico, el
León y Atlas desparramaban agresiones hacia la redonda, malos pases, revoleos,
fricciones innecesarias, en un combo clásico de la D que hacía bostezar a mas
de uno.
Cuando los
dos daban cátedra de tristeza futbolística, el Atlas lo madrugó con un gol de
lateral, en la primera que tuvo facturó, inmerecido por donde se lo mire, si es
que aún quedaban ganas de mirar. Y hasta se pudo ir al descanso 2-0 tras un
error de cálculo de Lezcano que tras rebotar el balón en el travesaño, se la
entregó a Randazzo que se perdió el gol de su vida.
En un campo
de juego en pésimas condiciones, no se podía exigir tanto, pero tampoco tan
poco, valga la rima involuntaria. Pero los jugadores del Verde casi tropezaban
con la pelota, no fueron pocas las veces que pisaban la pelota y se caían, y no
solo en las partes que había arena.
En la
segunda etapa no cambió demasiado, al Verde no se le cayó una sola idea, la
única clara de gol fue un centro desde la izquierda que era gol de Buono pero
que el ingresado Messina se la sacó al Titán.
Atlas tuvo
un par de contras que desperdició, en los pies de Davio que se apuro en
definir, en un centro que de milagro no conectó un atacante visitante y en un
tiro libre al borde del área increíblemente mal ejecutado por la visita.
Parecía
cosa juzgada, derrota, pero un cabezazo de Zampini, que marcó su gol número 26° con la casaca del Verde, sobre el final le devolvió
parte del alma al cuerpo a la multitud que copo Pacheco y Acosta.
El DT se
habrá ido preocupado, como se fueron los hinchas y como seguramente los
jugadores. El equipo fue un verdadero desastre, con una defensa lenta que
cometió errores infantiles, un mediocampo que ni marcaba ni jugaba y dos
delanteros como Vicario y Buono a los que jamás le llegó una bola redonda.
Absolutamente
nada para destacar, solo el hecho de haber empatado sobre el final y saber que
sólo van 4 fechas. Pero jugando así, no hay chances.
Excepto Vigna
que la pedía y encaraba (le saliera bien o mal), al resto de los recién
llegados pareció pesarles la camiseta, no hay confianza en pedirla, encarar. El
único que lo intentaba era el que menos lo debía hacer: Lula Miranda agarrando
la lanza y queriendo hacer la personal desde el área propia a la ajena.
Confiamos
en que se puede revertir esto, pero a dejar todo por la camiseta muchachos !!
Duele ver un equipo que perdiendo 0-1 parece resignado a la derrota.
PERLITAS
El look
bolivariano del “Comandante” Bevcar que no pudo jugar por lesión. Con remera
combativa y zapas wiphala haciéndole el aguante al Verde. Pa lante Comandante !!!
Te bancamos desde Doble-Cinco. Se puede jugar al fobal y pensar, claramente.